37 P.R. Dec. 244 | Supreme Court of Puerto Rico | 1927
Lead Opinion
OpiNiÓN del
En el juicio hipotecario seguido en la Corte de Distrito de San Juan por el procedimiento de la Ley Hipotecaria y su Reglamento para el cobro de $1,000 garantizados con hipo-
El ejecutante solicitó de la corte la eliminación de tal alegación, pero antes de resolver la corte esa solicitud dis-puso que el márshal vendiese la finca hipotecada sujeta a la reclamación del hogar seguro hecha por los demandados y días después negó la eliminación solicitada por el ejecutante, concediéndole diez días para alegar contra la mencionada alegación.
En tal situación esos autos nos pidió el ejecutante que expidiésemos un auto de certiorari para revisar la orden disponiendo la subasta sujeta a la reclamación del hogar seguro y la resolución que negó la eliminación de la alega-ción hecha por los demandados. Expedimos el auto y hemos oído a las partes interesadas en él.
La Ley Hipotecaria y su reglamento establecen un pro-cedimiento sumario y rápido para la ejecución de las hipo-tecas y el artículo 175 del Reglamento dispone que tales pro-cedimientos no podrán suspenderse por medio de incidentes m por otro alguno a instancia del deudor, del tercer poseedor, ni de ningún otro que se presente como interesado, salvo si se justificare documentalmente la existencia de un procedi-miento criminal por falsedad del título hipotecario en cuya virtud se proceda; si se interpusiere tercería de dominio, acompañada del título de propiedad inscrito antes del crédito' del ejecutante, o si se presentare certificado del registrador expresivo de estar cancelada la hipoteca o copia auténtica de
De acuerdo con esas disposiciones, los demandados no tienen derecho a presentar en este procedimiento ejecutivo hipotecario su alegación de contestación ni de contrademanda, por no referirse a ninguna de las cuestiones que están auto-rizadas en este procedimiento y por tanto no puede resol-verse en él si en la finca hipotecada está constituido el ho-gar seguro de los demandados ni si el ejecutante está obli-gado a respetarlo. La alegación de los demandados requiere una contestación, la celebración de un juicio y una sentencia resolviendo la cuestión propuesta por los demandados, o sea un juicio ordinario dentro de un procedimiento especial y sumario, lo que pugna con la naturaleza del juicio ejecutivo hipotecario y está en contra del artículo 175 citado. Podrán tener los demandados otro procedimiento para hacer efec-tivo el derecho de hogar seguro que dicen tener, pero cier-tamente no es el escogido para que en un juicio ejecutivo hipotecario se resuelvan cuestiones que la ley no autoriza. Y no se diga que puede ser permitida la alegación de los de-mandados porque el procedimiento ejecutivo no queda sus-pendido toda vez que la corte ha ordenado la venta de la finca hipotecada, y que puede llevarse a efecto no sujeta a la reclamación del hogar seguro como dispuso la corte inferior sino reteniendo el márshal del precio obtenido en la venta los $500 del valor del hogar seguro, porque cualquiera de esas dos conclusiones da por cierto y por resuelto, si o audiencia del ejecutante, que los demandados tienen consti-tuido su hogar seguro en esa finca y que el ejecutante está obligado a respetarlo. El caso de Hernández Mena v. Lecumberri, 36 D.P.R. 396, no tiene aplicación al presente por-que en el procedimiento ejecutivo a que hace referencia sólo se tuvo a Hernández por substituido en los derechos del ejecutado, por haberle comprado la finca y no hubo reclama-
También fué errónea la orden de venta sujeta a la recla-mación de hogar seguro que se hizo porque, como antes de-cimos, da por cierto y resuelto lo que ha de ser probado en el juicio plenario sin haberse celebrado el juicio y sin haberse dictado sentencia; y porque el crédito hipotecario del eje-cutante no puede tener más limitaciones o gravámenes que los que resulten del registro, por hallarse amparado por las disposiciones de la Ley Hipotecaria, aún cuando lo contra-rio ha declarado la mayoría de este tribunal en el caso de Dávila v. Sotomayor, 35 D.P.R. 794, en el que se ha soste-nido que el derecho del hogar seguro perjudica a un acree-dor hipotecario afín cuando no haya sido inscrito en el re-gistro de la propiedad.
Por ser fundamento de la Ley Hipotecaria la publicidad y la especialidad de los gravámenes en la propiedad inmue-ble quedaron suprimidos por ella todos los gravámenes ocul-tos, quedando sólo como hipoteca tácita legal la preferencia que la misma ley en su artículo 218, enmendado en 1907,
Por lo expuesto, entendemos que debe ser anulada la reso-lución que negó la eliminación de la alegación de los deman-dados sobre contestación y contrademanda y también la or-den de venta en cuanto dispone que la subasta seai hecha su-jeta a la reclamación de hogar seguro de los demandados.
Estoy autorizado para hacer constar que el Juez Asociado Sr. Franco Soto está conforme con esta opinión.
OPINIÓN EMITIDA POR. EL
Los demandados, en un procedimiento sumario para la ejecución de una hipoteca sobre un solar y una casa pequeña, reclamaron un derecho de homestead en la finca hipotecada por la suma de $500 y pidieron que tal derecho fuera decla-rado exento de ejecución.
El escrito de que se trata era en forma de una contesta-ción admitiendo los hechos alegados en la demanda, seguida
El demandante entonces pidió qne se eliminara la contra-demanda y solicitó una orden para la venta de la finca hipo-tecada. He leído la opinión original del Juez Sr. Aldrey y en ella descanso en lo que respecta a una más detallada ex-posición de los hechos.
La sección la. de la Ley de Homestead dispone lo si-guiente :
'‘Que todo jefe de familia, que tenga familia, tendrá derecho a una finca de homestead, hasta el valor de quinientos dollars ($500) en una estancia, plantación o. predio de terreno y en los edificios contenidos en el mismo, que le pertenezca o que posea legalmente, en virtud de arrendamiento o en otra forma, y estuviere ocupado por él o ella como su residencia; y dicho homestead y todo derecho o título sobre el mismo estará exento de embargo, sentencia, exac-ción o ejecución, excepción hecha de las contribuciones que adeudare, el valor de la venta (compra) de dicha propiedad o la responsabilidad incurrida por mejoras que se hicieren en la misma, y excepción hecha también de lo que más adelante se establece; Disponiéndose, que en caso de arrendamiento u otro contrato análogo nada de lo contenido en esta ley se interpretará en el sentido de que se prohiba al dueño o propietario de dicha estancia, plantación o predio de terreno, y de los edificios contenidos en el mismo, entrar de nuevo en posesión de dicha propiedad de acuerdo con lo estipulado en dicho contrato de arrendamiento o convenio, al faltarse al cumplimiento de las condi-ciones del mismo.”
Mi idea es que de acuerdo con esta sección el dueño de una finca tiene un derecho real que no es susceptible de anu-lación por cualesquiera pasos que pueda dar un acreedor hipotecario. El propietario no necesita declaración alguna de la corte para proteger su derecho de homestead y creo que puede reclamarlo en cualquier tiempo. El dueño a nada renuncia por no levantar protesta alguna en el procedimiento ejecutivo hipotecario. Quizás si algunos pasos se estuvie-sen dando o alguna inscripción se estuviera haciendo, pa-
Por estas razones la orden debe ser anulada.
Dissenting Opinion
OPINIÓN DISIDENTE DEL
Los hechos han sido expuestos en las opiniones que an-teceden, emitidas por los Jueces Asociados Sres. Wolf y Al-drcy. Bastará agregar que la corte inferior, al ordenar la venta de la propiedad con sujeción a la reclamación del ho-gar1 seguro, y al desestimar la moción para eliminar la con-testación y contrademanda, pasó por alto deliberadamente la forma y sólo tomó en consideración la substancia de la alegación últimamente mencionada.
La Ley Hipotecaria y el Reglamento para su ejecución no autorizan o prevén la venta de propiedad alguna que no esté incluida en la hipoteca, salvo dentro de ciertas circuns-tancias excepcionales, a opción del deudor hipotecario o en beneficio y conveniencia suya, caso en el cual él está prote-gido por el consiguiente derecho de participar en el produ-cido de la venta. El artículo 175 del Reglamento. sólo se infiere a y prohíbe la suspensión o entorpecimiento del pro-cedimiento sumario. No deja de haber casos en que, no obs-tante e independientemente de las distintas materias y de-
Hace más de veinte años que esta corte, en el caso de Giménez v. Brenes, 10 D.P.R. 128, dijo:
* “. . . llegamos hoy a la conclusión de que el procedimiento especial para el cobro de créditos garantidos con hipoteca está toda-vía vigente en su parte inicial o sea hasta el requerimiento inclusive al deudor para el pago de la deuda y derogado en la parte que po-dría llamarse ‘vía de apremio/ es decir; en lo que se refiere a la venta de la propiedad gravada con la hipoteca, venta que debe su-jetarse en un todo a lo dispuesto en la repetida ley aprobada en 9 de marzo de 1905 que al modo de satisfacer las sentencias se re-fere.”
La orden de la corte inferior, por lo tanto, no interrum-pió, entorpeció o suspendió parte alguna del procedimiento sumario prescrito por la Ley Hipotecaria y su Eeglamento. Pero aún en el “juicio declarativo” a que se relega el de-mandado por el artícul* 175 del Eeglamento, él tendría de-recho a hacer que el producido de la venta se retenga bajo la custodia de la corte, ínterin se determinen sus derechos en tales pleitos por separado. Dentro de las circunstancias, nos es difícil comprender por qué razón la reclamación del hogar seguro, que sólo afecta la cuestión de la venta o la disposición o distribución del producido, no pueda ser de-terminada bien por virtud de una moción o de una contra-demanda y dirimida tanto en el procedimiento ejecutivo como en una acción independiente. No sólo tendería esta práctica a evitar multiplicidad de acciones, sino que, si se resuelve la cuestión así levantada, haría que los compradores en pers-pectiva pudieran averiguar qué parte, si alguna, de la pro-
La orden decretando la venta de la propiedad hipotecada debió haberse modificado en ese sentido, y, así modificada, confirmarse junto con la resolución sobre la moción para eli-minar la contrademanda.
El que suscribe está autorizado para decir que el Juez Presidente Sr. del Toro está conforme con esta opinión.