32 P.R. Dec. 215 | Supreme Court of Puerto Rico | 1923
emitió la opinión del tribunal.
El doctor Berríos, demandante en este caso, era uno de los pasajeros que viajaba en el automóvil de Gerardo M.
Sólo resta una cuestión distinta a estudiar y a resolver aquí particularmente, a saber: la cuantía de la indemni-zación. El demandante solicitó cinco mil dólares. La corte le concedió tres mil. Se probó que el demandante, de cin-cuenta y dos años de edad, doctor en medicina y cirujía que practica su profesión y que atiende además a otros negocios, recibió a consecuencia del choque, heridas y con-tusiones serias que le obligaron a permanecer en cama unos cuarenta días- y le causaron dolores físicos, sufrimientos mentales y pérdidas en sus bienes.
Siendo ello así, no vemos que la suma de tres mil dó-lares sea exagerada y, en tal virtud, debe confirmarse en todas sus partes la sentencia recurrida.
Confirmada la sentencia apelada.